No te duermas en el río

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Esta historia me la contó mi padre.

Recuerdo que fuimos a un paseo por el campo con toda mi familia. Era un día muy caluroso, y después de comer y relajarnos haciendo deporte. Ya todos estando cansados y decidimos ir en busca de algún lugar en donde poder nadar.

Fuimos a un hermoso río con fosas de todo tamaño. Cuando ya estábamos nadando, mi sobrino, que tiene unos 5 años de edad, se recostó bajo la sombra de un árbol muy cerca del río y se quedó dormido. Yo no le presté atención (Ni nadie más lo hizo).

Hasta que mi padre se acercó para tomarlo por los brazos y despertarlo. Todos volteamos al unísono para decirle que no tiene nada de malo que se durmiera, ya que solo es un niño y que debe de estar cansado. Pero él insistió en que uno nunca debe de dormir cerca de un río.

Entonces comenzó su historia:

Desde que yo era un niño siempre me he pasado viajando por todos lados, y conozco casi en su totalidad este país. Y en muchos lugares en el Beni (departamento de Bolivia) me habían contado extrañas historias acerca de los ríos. Pero como todo joven distraído jamás puse atención y pensaba que sólo eran cuentos que se contaban entre los lugareños.

Hasta que puede presenciar algo que me hizo reconsiderar si todo lo que había oído eran sólo historias.

Un fin de semana después de salir del trabajo, mis amigos y yo decidimos irnos de parranda después de cobrar el sueldo. Todos éramos jóvenes y solteros, fuimos en busca de aventuras. Llegamos a una fiesta y bebimos, bailamos, hasta quedarnos totalmente embriagados.

Cuando ya iban a dar más de la media noche, mi amigo Jorge y yo decidimos que debíamos volver a nuestros departamentos a descansar lo que quedaba de la noche, mientras que los demás optaron por quedarse.

Salimos de la fiesta y caminamos unos pasos con la inseguridad de si debíamos irnos o no. La noche era fría y soplaba un viento recio que movía las ramas de los árboles dándole un aspecto tenebroso al camino que teníamos en frente.

-Tal vez deberíamos volver adentro -dijo Jorge.

-Mañana tenemos que llegar temprano al trabajo. Ya me han llamado la atención varias veces por llegar tarde.

-Tienes razón. También a mí.

-Tomemos el camino corto. Si pasamos por el río llegaremos mucho más rápido.

Caminamos con paso rápido. Jorge miraba de un lado para otro con desconfianza. De alguna manera teníamos la extraña sensación de que alguien nos estaba vigilando. Jorge traía una botella de bebida en mano, y continuó tomando mientras seguíamos caminando. Esa era una de las cosas que más me disgustaban de él: no sabía cuándo detenerse.

Cuando llegamos al río, caminamos por su orilla y pudimos ver que se veía más bravo que en el día. Jorge no soltaba la botella y cuando ya estábamos más cerca, vi algo para lo que no estaba preparado…

Justo ahí de en medio del río en la total oscuridad alumbrados solo por la luz de la luna, se erguía una sombra oscura que salía de las mismas aguas del río.

Mi respiración se mantuvo congelada por unos momentos. Jorge también lo vio pero a diferencia de mí, él se quedó petrificado.

Mi instinto de que algo malo estaba pasando hizo que saliera corriendo lo más rápido que pude. Volteé para mirar a Jorge y no podía creer… La oscura presencia se había convertido en una hermosa mujer que estaba totalmente desnuda.

Pude ver como ambos se entrelazaban con las manos y se daban un beso. Al mismo tiempo ella lo atraía hacia la orilla del río.

Volví a gritar con todas mis fuerzas, pero era inútil, era como si Jorge solo viera a esa mujer, en ningún momento vi que opusiera algún tipo de resistencia.

Corrí hacia él, pero ya era tarde, su cuerpo había desaparecido en las aguas del río. Por un momento lo pensé y con mucho miedo me metí al río que estaba helado.

-¡Jorge! ¿Dónde estás? ¿Puedes oírme? –Pregunté varias veces.

Encontré su cuerpo, pero ya era tarde… Había tragado mucha agua.

Días después me enteré que mi amigo no fue el único que había muerto ahogado en el mismo mes cerca de ese río, me contaron que otro joven que se había quedado dormido a las orillas del río se volvió loco y que solo pronunciaba el nombre de una hermosa mujer a quien él amaba. Días después se suicidó lanzándose al río en busca de ella.

— Via Creepypastas

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